martes, 24 de agosto de 2010

Desde el sur y desde el MESSENGER

Por Vicente Hernández Hernández   

Después de algunas semanas sin escribir aquí, en mayor parte por trabajo y en menor por el "efecto jamaicon" -que a todos nos pega aunque sea de a poco-, les dejo una nota, una imagen y un comentario: 
E-ELT. ESO

Resulta que aquí en Chile, cuando aún no se reponían de la excelente noticia de la futura ubicación del Telescopio Europeo Extremadamente Grande o E-ELT  en sus terrenos, un comité de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, recomendó a la NASA y a la Fundación Nacional de Ciencia o NSF, poner en la más alta prioridad de sus próximos telescopios en tierra al Gran Telescopio de Rastreos Sinópticos o LSST, que se ubicará precisamente bajo los despejados cielos chilenos. Y es que, la competencia es dura: en abril pasado, el Observatorio Europeo Austral (ESO) dio a conocer que el mayor telescopio jamas construido, con un espejo de 42 metros, una cúpula del tamaño de un estadio de fútbol y una sensibilidad 100 veces mayor que cualquier otro instrumento en tierra, observaría el Universo desde Cerro Armazones, en el desierto chileno. A esto, el comité estadounidense también recomendó -pues los europeos les están "comiendo el mandado"- que se decidiera lo antes posible sobre uno de los dos mega proyectos que competirán con el E-ELT: o construyen el Telescopio de Treinta Metros en Mauna Kea, Hawaii, o el Telescopio Gigante Magallanes en Las Campanas, también en Chile. 
LSST. NSF

El LSST, entonces, viene a calmar un poco las aguas y a dar impulso a la astronomía norteamericana. Con un espejo de 8.4 metros de diámetro y cuya puesta en operación se espera para el año 2016, el LSST observará con una cámara de 3,200 millones de píxeles. Su gran campo de casi 10 grados cuadrados -donde la Luna llena cabría unas 36 veces- entregará imágenes nunca antes hechas de nuestro Universo, que ayudarán a responder cuestiones sobre materia oscura, exoplanetas y asteroides cercanos potencialmente peligrosos para la Tierra.

Al final de su construcción, el LSST habrá costado unos $465 millones de dolares americanos y dará suficientes datos astronómicos como para llenar 1 millón de DVDs ¡en solo una noche! (por cierto que serán puestos al público a través de Google y Microsoft, después de su análisis científico). Podrá fotografiar todo el cielo sur en solo tres noches y después de 10 años habrá tomado 1,000 imágenes de cada parte del cielo para crear la "película cósmica" mas grande jamas hecha.
Tierra y Luna desde 183 millones de km.


 Foto.

Científicos del proyecto MESSENGER (una navecita que va rumbo al planeta Mercurio) entregaron una fotografía que se une a otras tomadas a la Tierra desde otros cuerpos celestes. La fotografía, tomada a 183 millones de kilómetros muestra a nuestro planeta y su compañera la Luna como dos pequeños círculos brillantes frente al campo estelar. Si la Tierra tuviera el tamaño de un chícharo y se encontrara en Los Cabos, B.C., en México, la nave MESSENGER se encontraría más o menos aquí, en Santiago, Chile, y desde aquí tomado la foto.


Desde el ocular.

Dentro de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, integrada por 28 de ellos, hay: 4 que tienen estudios de Doctorado, 9 con Maestría o algún posgrado, 11 con licenciatura, uno con carrera técnica, uno con carrera trunca y uno más que no dice lo que estudió (si es que lo hizo). El número 28 murió hace poco y no hay información de su suplente. Lo curioso y a la vez preocupante es que ninguno de ellos tiene antecedentes de haber pertenecido a institución científica alguna. Es más con toda seguridad -y según sus páginas en la red- ninguno de ellos es o fue científico: hay un dentista, un sociólogo, uno que estudió (sic) "Politics and the Mass Media", muchos son administradores, abogados (uno de los cuales no terminó la carrera), hay dos ingenieros, una que estudió Educación Preescolar y hasta un ¡médico homeópata!.

¿Son esos perfiles académicos adecuados de legisladores que velan por el futuro científico y tecnológico de un país? ¿Alguno de ellos sabrá cuales son las necesidades de inversión científica en México? ¿Sabrán cómo se hace ciencia? ¿Sabrán la importancia que la ciencia y la tecnología tienen en el desarrollo de un país?

¿Sabrán -especialmente uno de ellos- que la homeopatía NO es una ciencia?


martes, 13 de abril de 2010

Piratería pseudocientífica

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 13 de abril de 2010

El pasado 5 de abril se publicó en El Sol de Morelia, un periódico de Organización Editorial Mexicana (OEM), una nota firmada por Salvador Alcalá. El título era tajante e irremediable: "Se cumplen profecías mayas sobre calentamiento global"; obviamente, haciendo referencia a uno de los temas en boga y con mayor numero de promotores en la historia de las pseudociencias: el 2012 y las profecías mayas.

Salvador hace un escueto recuento de algo que todo el mundo ya conoce: el calentamiento global y su posible correlación con la contaminación (aunque él afirma categórico que uno es consecuencia de lo otro), grandes masas de hielo derritiéndose, aumento de nivel en los océanos y, por otro lado, las buenas acciones y "pensamientos positivos" que debemos tener para corregir estos problemas. Lo sorprendente e increíble, es que —en palabras de Salvador y otros muchos "enterados"— los mayas ya sabían que todo esto iba a ocurrir (fuimos estúpidos, jamás los escuchamos).

El articulo —lamentablemente— es un montón de datos a posteriori, frases vacías, términos científicos nulamente entendidos y operaciones aritméticas —de nivel de cuarto de primaria— mal hechas. La cereza del pastel, es que casi todo el artículo está disponible en internet, en páginas promotoras de los mitos estos. Pienso que es poco probable que una gran cantidad de paginas en internet, con orígenes distintos pero objetivos comunes, se hayan volcado apresuradamente a copiar la "nova" nota. Lo más probable es que ocurrió al revés, estamos ante piratería pseudocientífica, desde luego nada nuevo.

La edición del periódico se limita a la región del estado de Michoacán ¿entonces porqué tanto escandalo? Michoacán tiene uno de los grados más altos de analfabetismo en México con un 12.5%, cuatro puntos más que el promedio nacional de 8.4% (INEGI, 2005). El nivel escolar promedio es de apenas sexto de primaria y los niveles de pobreza son realmente alarmantes. Sin duda, la pobreza económica, más un bajo perfil escolar, son una de las "bombas de tiempo sociales" más importantes que los gobiernos, en los tres niveles, deben resolver.

La falta de educación claramente no es un problema que los medios tengan que resolver; sin embargo, cuando un periódico de circulación estatal lleva notas como ésta, sin confirmar fuentes, originalidad y ya no digamos un análisis serio, objetivo y escéptico, notablemente contribuye en crear desinformación, infundir miedo y apoyar pensamientos pseudocientíficos al por mayor. Pobreza económica, mas pobreza educativa, mas pobreza escéptica es equivalente a una falta total de libertad en todos los sentidos.

Este tema —de las profecías mayas y el 2012— podría desatar eventos lamentables como los ocurridos en Estados Unidos en 1997, cuando el cometa "Hale-Bopp" se aproximó a la Tierra. En esa ocasión, en un arrebato de locura, un grupo de "muy religiosas personas" decidió llegar a una supuesta nave extraterrestre situada detrás del cometa. El resultado: suicidio colectivo de 39 personas producto de creencias religiosas de la nueva era y pseudociencias.

Aquí en México, el año pasado, el "profeta Josmar" armado con latas de aluminio, irrumpió en la cabina de un Boing 737 de Aeroméxico y ruta Cancún-México, con la "iluminada idea" de advertirnos sobre "próximos eventos apocalípticos, a ocurrir sólo unas semanas después". Desde luego, el tipo fue sometido, enjuiciado por sabotaje, ataque a las vías generales de comunicación y secuestro. El Armagedón, brilló por su ausencia —aunque en entrevista posterior afirmó que "Dios le había revelado también, entre otras cosas, las muertes Celia Cruz y Michael Jackson".

En todo esto el mensaje es claro: vivimos en una sociedad llena de miedos irreales, rodeada de pseudociencia y con niveles de escepticismo por debajo del mínimo requerido para considerarnos libre-pensantes. La falta de espacios para divulgar ciencia, junto con el amarillismo mediático y casi sin inteligencia, se están convirtiendo en caldo de cultivo para que seres funestos como Jaime Maussan, TV-Astrólogas, cazafantasmas y pastores de la nueva era se desarrollen alegremente.

Y el colmo: ahora los corresponsales de algunos medios se dedican a piratearse las alocadas notas sobre los mayas y el 2012.

martes, 6 de abril de 2010

Fósiles galácticos

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 6 de abril de 2010

Después de contar con decenas de imágenes de galaxias, Edwin Hubble tenía en sus manos suficiente material como para poder cualificar el reino extragaláctico. De sus observaciones, el ya famoso Hubble –por haber mostrado que las "nebulosas espirales" eran en realidad Universos Isla, otras galaxias como la Vía Láctea– encontró que la forma de las galaxias era relativamente fácil de clasificar en unas pocas categorías: espirales, elípticas e irregulares; y cada grupo anterior podía ser subdividido de manera que la clasificación fuera un poco más precisa. Hubble publicó un articulo en The Astrophysical Journal en 1926 donde proponía lo anterior y además que las diversas formas podrían ser consecuencia de la evolución individual de cada galaxia. Aun cuando no dijo explícitamente que su clasificación mostraba el camino evolutivo de "todas", parte de su trabajo proponía la hipótesis de que las galaxias giraban y podrían desarrollar brazos, partiendo de casi esféricas y terminando con brazos muy abiertos o casi irregulares. Hubble llamó a las galaxias casi esféricas "tempranas" y a las de grandes brazos e irregulares "tardías", pero surgió la idea incorrecta de que Hubble habría propuesto una secuencia evolutiva galáctica; cosa que él mismo cuido de no mencionar directa y explícitamente. La clasificación de Hubble junto con la hipótesis de las tempranas y tardías produjo una común, pero errónea creencia de que la secuencia de Hubble mostraba la evolución de todas las galaxias: de las elípticas a las irregulares.

Y en realidad esto no es así. Las observaciones con los grandes telescopios en tierra y los espaciales han mostrado que en el Universo las galaxias espirales e irregulares son muy abundantes, además que las interacciones entre ellas son de lo mas común. De hecho, la evidencia observacional y los modelos computacionales sugieren que las diversas formas de las galaxias son resultado de su interacción: las primeras galaxias en el Universo pudieron haber sido espirales e irregulares, posteriormente muchas de estas se fusionaron unas con otras de manera que formaron "bloques" más grandes y masivos. Estas interacciones crearon galaxias compactas pero enormes, sin brazos, lo que ahora conocemos como galaxias elípticas.

Este proceso de formación se observa por doquier en el Universo y los grupos de galaxias fusionándose sustentan la idea que explica los diversos tipos de galaxias. Los grupos o cúmulos de galaxias son objetos enormes, formados por decenas o cientos, en muchos de ellos ya se tiene una galaxia elíptica gigante en el centro del grupo y hacia ella se dirigen todas la vecinas, cuyo destino es ser tragadas por la enorme galaxia central.

Estos cúmulos galácticos son objetos muy interesantes, a distancias de miles de millones de años luz, con cientos de billones de veces la masa del Sol, luz equivalente al de billones de veces nuestra estrella y gas a millones de grados centígrados rodeandolos. Casi no se les observan estrellas jóvenes y al parecer dejaron de nacer nuevas hace muchísimo tiempo, son estructuras muy antiguas. Sin embargo, algunos de estos cúmulos ya no muestran fusiones, posiblemente la enorme galaxia elíptica terminó incorporando todo lo que estaba a su alcance y prácticamente todas las estrellas son parte de una sola galaxia gigantesca. Son lo que los astrónomos llaman grupos fósiles: objetos muy viejos, lejanos y enormes, posiblemente el último eslabón en la larga cadena evolutiva galáctica.

Es increíble pensar que toda la información que tenemos los astrónomos para estudiar el Universo nos llega de la luz de los objetos: del Sol, las estrellas, las nebulosas, de las galaxias, los quasares y en ultimísimo caso de lo que interpretamos como el Big Bang. Algunas veces, como en el caso del Sol, esta luz tarda solo 8 minutos en llegar a nosotros. Sin embargo, otras veces como en el caso de algunos grupos fósiles de galaxias, la luz que nos llega de ellos salió cuando el Sol apenas nacía, hace 4 mil 500 millones de años. Estamos contemplando verdaderas reliquias cósmicas.


martes, 30 de marzo de 2010

Nuestros mitos mayas

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 30 de marzo de 2010

Sin duda, la civilización maya fue una de las culturas más importantes del periodo anterior a la llegada de los españoles a América: su variedad alimenticia era enorme, descubrieron colorantes y pigmentos que usaron en vestimentas y motivos arquitectónicos, construyeron edificios, monumentos, caminos, observatorios astronómicos, desarrollaron el concepto de cero y lo utilizaron para trabajar con grandes cantidades, crearon calendarios astronómicos increíblemente precisos –aunque sus conocimientos reales en astronomía eran similares a los de otras culturas–, etcétera. Sin embargo, la desinformación mal intencionada, los mitos populares y la pseudociencia están, actualmente, transformando la imagen de los mayas en algo grotesco, lleno de amarillismo barato y, desde luego, falto de hechos comprobables y documentados.

El pueblo maya tenía una estructura social muy compleja y, al igual que en otras culturas antiguas, la recopilación de datos astronómicos era también el trabajo de los encargados de dictar las normas religiosas para el pueblo. La religión influía en la política, la ciencia y la sociedad. La combinación ciencia-religión desde luego no era nueva, prácticamente todas las culturas antiguas sufrían de lo mismo, y desde luego también, los mayas no son el único ejemplo de que esta dupla es poco más que insana.

Los sacerdotes mayas eran los encargados de recopilar la información. Su gran virtud fue registrar todo: las posiciones aparentes del Sol, la Luna, los planetas y las estrellas visibles. Gracias a su trabajo metódico y repetido, fueron capaces de hacer "predicciones simples": puesto que el movimiento de los objetos que observaban es regular, constante y más o menos uniforme, los sacerdotes hábilmente crearon calendarios que les daban información de la posición de los cuerpos celestes. La gran virtud astronómica de la cultura maya fue la observación, registro y análisis de los datos, punto –y desde luego no es poca cosa.

Desafortunadamente, los sacerdotes mayas no hicieron prácticamente nada para explicar esos movimientos, las regulares posiciones y la periodicidad en "su cosmos". Los mayas no avanzaron en responder estas cuestiones. Ellos usaron las matemáticas y sus registros para conocer cuando y en qué posición aparente se encontraría Venus, por ejemplo, con respecto a la Luna, al Sol, a los otros planetas y a las estrellas. Ellos podían "anunciar" (lo mismo hicieron los babilonios 3 mil años antes) la posición de cualquier cuerpo con movimiento periódico y regular. Sin embargo, ni los mayas, ni los babilonios, ni muchas de las culturas antiguas tuvieron la capacidad de ir más allá; y si lo hicieron, no tenemos registro de eso.

Los mayas, por ejemplo, no sabían que los objetos brillantes en el cielo, de movimientos constantes, a veces avanzado y otras regresando, eran planetas como la Tierra. Es más, no sabían que la Tierra era un planeta, miembro de un sistema de más planetas unidos al Sol por la fuerza de gravedad. Ellos no contaban con instrumentos para observar que Venus muestra fases como la Luna debido a su posición entre nosotros y el Sol, ni que tiene una atmósfera corrosiva donde llueve ácido sulfúrico y su temperatura ambiente es 460 grados centígrados. No sabían que la Tierra tiene poco más de12,500 kilómetros de diámetro, ni que Marte, el planeta rojo, tiene ese color por los abundantes compuestos ferrosos de su superficie. O que Saturno tiene anillos de polvo e hielo y Júpiter más de 60 lunas. Mucho menos sabían que esa franja blanquecina en el cielo nocturno es nuestra Galaxia, compuesta por miles de millones de soles como el nuestro, ni que para cruzarla de lado a lado necesitaríamos 100,000 años viajando a la velocidad de la luz (300,000 km/s). No sabían cuál es nuestra posición dentro de la Vía Láctea, ni lo que hay en el centro de esta. Ni los mayas ni ninguna de las culturas antiguas sabían estas cosas. Es más, todo lo que acabo de mencionar fue descubierto en el transcurso de los últimos 500 años -exceptuando el tamaño aproximado de la tierra, calculado hace 22 siglos por Eratóstenes.

Desgraciadamente, la charlatanería, el flujo fácil de información no fidedigna, el amarillismo y el lucro con la ignorancia de la población están tergiversando los propios méritos de los mayas como grandes observadores del cielo. La cultura maya era muy fantasiosa, creativa, formaron cientos de leyendas y mitos, su mundo se "creaba y destruía" cíclicamente, etcétera -¿cuál no lo hizo?. Y a pesar de esto, sus cálculos astronómicos son sorprendentemente precisos, una maravilla entre las culturas antiguas.

Sin embargo, de esto a que los mayas predijeran inundaciones, terremotos, llegadas de planetas vagabundos, alineaciones galácticas y hasta el fin del mundo... ¡por favor! A eso y a lo que hacen Maussan y sus patiños... a eso, se le llama basura.


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martes, 23 de marzo de 2010

Estrellas viejas llamando

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 23 de marzo de 2010

Para las estrellas, ser grandes, enormes y tener masas por arriba de 8 o 10 veces la del Sol, implica una cosa: una muerte pronta y violenta.

Estas estrellas masivas (Betelgeuse y Rigel, las dos estrellas más brillantes en la constelación de Orión son un buen ejemplo) consumen muy rápido su combustible -en algunos millones de años-, mientras en sus núcleos se producen elementos químicos cada vez más pesados. Las fusiones nucleares de 4 átomos de hidrógeno producen uno de Helio, 3 átomos de Helio producen Carbono, un átomo de Helio más uno de Carbono producen uno de Oxígeno y así hasta llegar al Hierro, el elemento más pesado capaz de ser creado dentro de una estrella. Cada reacción nuclear produce una cantidad de energía determinada y en conjunto toda esta energía nuclear estabiliza a las estrellas para que no colapsen bajo su propio peso. Sin embargo, una vez que el Hierro se forma, este no puede fusionarse ni entregar energía, la estrella es incapaz de mantener un equilibrio y el peso de las capas superiores provoca que la estrella colapse sobre sí; una onda de choque viaja hacia afuera y al final produce un evento descomunalmente energético llamado supernova. En el centro de lo que era la estrella masiva podría quedar una estrella de neutrones, un púlsar o incluso un agujero negro.

Pues bien, recientemente un grupo de astrónomos liderados por Eran Ofek del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, encontraron misteriosas señales de radio que podrían venir de estos remanentes, específicamente de antiguas estrellas de neutrones que se caracterizan por tener giros lentos (si la dirección en que estos objetos emiten coincide con la Tierra, podemos detectarlos, a estos objetos les llamamos púlsares. Ver animación). Se piensa que al menos 1,000 millones de estos objetos están dispersos por toda la Galaxia, sin embargo no todos pueden ser detectados.

Ofek y sus colaboradores le siguieron la pista a débiles emisiones de radio-ondas con lapsos desde horas hasta días y corroboraron que no se tratara de otros objetos como supernovas en acción, quásares o estrellas dobles interaccionando -que también son observados a radio-frecuencias. Mediante modelos computacionales, los investigadores encontraron que la distribución (la posición que guardan en toda la Galaxia) de púlsares de giros lentos detectados anteriormente, correspondía de manera muy buena con la ubicación de las misteriosas señales de radio.

De ser correcta esta hipótesis que relaciona púlsares de giros lentos con las señales detectadas, estaríamos en la puerta hacia futuros estudios en la historia de nuestra Vía Láctea. Por ejemplo, su número podría ayudarnos a confirmar la cantidad de supernovas que ocurren en distintas épocas en nuestra Galaxia o, por otro lado, su distribución en ella nos permitiría mejorar los modelos dinámicos en distintas regiones de la Vía Láctea.

A pesar de ser producto de tan violentos eventos, las estrellas de neutrones y púlsares siguen dando mucho de que hablar. Por lo pronto, estas muy viejas estrellas siguen llamándonos y nosotros las seguiremos "escuchando" en espera de más señales que nos permitan entender mejor el funcionamiento de nuestra Vía Láctea.


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martes, 9 de marzo de 2010

Exoespectro

Por Vicente Hernández Hernández

Hasta el momento en que escribí esta entrada, suman 430 los planetas encontrados fuera del Sistema Solar -exoplanetas pues-... y contando. Encontrarlos ha sido, sin duda, uno de los más grandes logros de la humanidad; otros mundos como el nuestro es un sueño que fácilmente tiene más de 500 años. Sin embargo, la búsqueda no es fácil y la confirmación de las características de esos planetas, una tarea que requiere de mucho tiempo e investigación.

Muchos de los exoplanetas hasta ahora encontrados se han detectado mediante la técnica de ocultación (tránsitos para ser precisos). Esto es, cuando un exoplaneta pasa por enfrente de su estrella, la luz de esta disminuye muy poco, pero suficiente para que podamos detectarlo y con esto determinar algunas propiedades del exoplaneta. Sin embargo, ni esta ni otras técnicas indirectas (efecto Doppler, jalones gravitacionales, efectos relativistas) nos dan información de la composición atmosférica de esos planetas. Solo la observación directa y el análisis espectroscópico de la luz reflejada proveniente de ellos nos posibilita saber de qué moléculas están compuestos.

Esto es precisamente lo que acaban de hacer un grupo de astrónomos de la Universidad de Toronto. Markus Janson y sus colegas observaron el exoplaneta nombrado HR8799c con uno de los mejores y más grandes telescopios en tierra, los VLT. Con este instrumento, los investigadores observaron la luz (el reflejo) proveniente del planeta durante casi seis horas. Una vez obtenidos los datos, estos fueron comparados con espectros modelados por computadora. La sorpresa fue grande cuando se encontró que ninguno de sus modelos seguía fielmente las observaciones. Lo anterior sugiere que la atmósfera del exoplaneta esta rodeada por grandes cantidades de polvo, además de que podría ser altamente turbulenta.

Pesar de que los resultados no fueron tan halagadores, estos primeros pasos en la búsqueda de atmósferas con la terrestre, sin duda nos llevarán a encontrar planetas muy similares a la Tierra.

Simplemente, es cuestión de tiempo.


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lunes, 1 de marzo de 2010

¿Y el agujero?

Por Vicente Hernández Hernández

Los cúmulos globulares son enjambres de cientos de miles de estrellas contenidas en espacios pequeños.

Solo por comparar, la estrella más cercana al Sol es próxima Centauri y se encuentra a unos 4.2 años luz de distancia –casi 40 billones de kilómetros. Así, una esfera imaginaria de 4.2 años luz de radio tendría dentro solo a próxima Cen. Pues bien, la densidad poblacional de estrellas en el centro de los cúmulos globulares es tan grande, que en una esfera como la que mencioné antes no habría una, ni dos, ni diez, sino de cientos de estrellas –los habitantes de un sistema planetario en alguna de las estrellas por allá deberían tener espectaculares noches.

Entorno a los globulares hay muchas preguntas: ¿cómo se formaron? ¿porqué prácticamente todas sus estrellas son viejas? ¿cuándo se formaron? etcétera. Una que aún se mantiene en la mente de los astrónomos es, qué hay en el centro de estos hervideros de estrellas. Algunas observaciones, junto con modelos computacionales proponen que justo en el centro de muchos cúmulos globulares hay un agujero negro. Sin embargo, hasta el momento no hay datos contundentes, aunque algunos objetos nos dan pistas. Este es el caso de Omega Centauri, un cúmulo enorme, muy hermoso y visible desde México hacia el hemisferio sur sin ayuda de telescopios o binoculares en los meses de abril y mayo.

Recientemente, dos astrónomos, Roland van der Marel y Jay Anderson del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, en Baltimore, E.U., estudiaron el movimiento de unas 170 mil estrellas que giran entorno del centro de Omega Centauri y comparando sus resultados con modelos computacionales encontraron que el agujero negro, si es que este existe, debe tener una masa de 12 mil veces el Sol, esto es, unos 240 quitillones de toneladas.

Aunque esta cantidad es enorme para los estándares terrestres, el agujero negro en el centro de Omega podría ser uno de los llamados medianos. Porque –solo para impresionarlos– nuestro agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea tiene una masa 2.6 millones de veces la del Sol, más de 200 veces el que podría estar en el centro de Omega –ese si es de los grandotes.


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martes, 16 de febrero de 2010

Nuestro supermasivo

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 16 de febrero de 2010

Las preguntas que más hacen en las pláticas de divulgación son sobre "algo" de los agujeros negros. Que dónde están, que si nos van a comer, etc. Mucha gente ha oído "algo" de ellos, muy pocos saben lo que son y algunos los imagina misteriosos, maléficos y al acecho –por cierto que los charlatanes y embaucadores han provocado mucho de esto último.

Nada más falso. Los agujeros negros son reliquias –todos probablemente estelares– producto de una muerte violenta –supernovas– y en general de tres tipos: los que provienen de recientes explosiones, llamados agujeros negros de baja masa, los no tan recientes y que han ido tragando masa (gas y otras estrellas), llamados medianos y los supermasivos que se encuentran en el centro de casi todas las galaxias elípticas y espirales. Los de baja masa son unas cuantas veces más pesados que el Sol y su tamaño puede ser de unos cuantos kilómetros, los medianos pueden llegar a tener miles de veces la masa del Sol y los supermasivos llegar a ser millones de veces más masivos que nuestra estrella.

Muchas personas pregunta sobre el que está en el centro de la Vía Láctea, un supermasivo: ¿puede afectarnos de algún modo? ¿Cuánto influye en nosotros? Si ocurriera una "alineación" con él ¿qué le pasaría a la Tierra, al Sol, se destruirían como dicen los charlatanes?

La respuesta corta es NO. La única fuerza que podría "afectarnos" es la fuerza de gravedad. Ni "campos magnéticos malignos", ni "radiación maléfica", ni "fuerzas cósmicas", ni ninguna patraña por el estilo sale o nos llega de nuestro agujero negro supermasivo.

Pero entonces, si la mayor fuerza que podría influir en nosotros es la gravedad ¿qué tan intensa es? ¿Cómo se compara con la gravedad en la Tierra, por ejemplo? Solo para recordar, la gravedad mantiene a los objetos juntos y su fuerza depende de la masa de los objetos y de la distancia entre ellos: cuanto más masivos sean los cuerpos más fuerza gravitacional habrá entre ellos y cuanto más separados, la fuerza será menor. Si queremos saber cuánta fuerza de gravedad hay entre la Tierra, la Luna, el Sol, Júpiter, Plutón, alfa centauri (la estrella más cercana al Sol) o el agujero negro supermasivo, basta con conocer sus masas y la distancia que los separa.

Por ejemplo, la fuerza de gravedad entre la Tierra y el Sol es de unos 33 mil trillones de Newtons (un Newton es la fuerza de un kilogramo de masa al acelerarse un metro por segundo cuadrado). Esta fuerza, entre la Tierra y el Sol, es 170 veces mayor de la que hay entre la Tierra y la Luna, y unas 17 mil veces mas grande que la que existe entre la Tierra y Júpiter. Siguiendo con esta referencia, la fuerza Tierra-Sol es 250 mil millones de veces mayor que la fuerza Tierra-Plutón y 65 mil millones mayor de la que hay entre la Tierra y alfa centauri. Finalmente, la fuerza Tierra-Sol es 694 mil millones de veces más grande que la fuerza que ejerce el agujero negro supermasivo sobre la Tierra. En resumen, la fuerza gravitacional entre nosotros y nuestro supermasivo en el centro de la Galaxia, a unos 25 mil años luz de distancia, es mínima. De hecho, solo como un ejemplo más, la fuerza de gravedad Tierra-supermasivo equivale a la fuerza entre la Tierra y todos los mexicanos juntos (unos 110 millones) puestos a 340 km de altura, donde está la estación espacial internacional. La influencia gravitacional que el hoyo negro supermasivo tiene sobre nosotros es imperceptible, prácticamente nula, sin mayor peligro. Una montaña ejerce más fuerza de gravedad junto a nosotros que este objeto. En realidad lo que mantiene ligado al Sol –y desde luego al Sistema Solar– en la Galaxia es el gas con que se forman las estrellas, las estrellas mismas y algo que físicos y astrónomos llamamos materia oscura, todo esto entre el centro de la Galaxia y nosotros.

Todos los días salen a la luz nuevos mentirosos hablando de cómo nuestro supermasivo podría "influir negativamente" en nosotros, en la Tierra o en el Sistema Solar. Los charlatanes y embaucadores buscan sembrar temor entre la gente; obviamente viven de esto y de vender sus libros, videos, programas de televisión y cualquier otra basura. Viven de mentir, de la pseudociencia. En realidad, la única fuerza capaz de influenciarnos sería la gravedad del agujero negro, ninguna otra; y con todo, hasta acá es pequeñísima y simplemente atractiva. Sólo eso.

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