martes, 6 de abril de 2010

Fósiles galácticos

Por Vicente Hernández Hernández
Publicado en Cambio de Michoacán, 6 de abril de 2010

Después de contar con decenas de imágenes de galaxias, Edwin Hubble tenía en sus manos suficiente material como para poder cualificar el reino extragaláctico. De sus observaciones, el ya famoso Hubble –por haber mostrado que las "nebulosas espirales" eran en realidad Universos Isla, otras galaxias como la Vía Láctea– encontró que la forma de las galaxias era relativamente fácil de clasificar en unas pocas categorías: espirales, elípticas e irregulares; y cada grupo anterior podía ser subdividido de manera que la clasificación fuera un poco más precisa. Hubble publicó un articulo en The Astrophysical Journal en 1926 donde proponía lo anterior y además que las diversas formas podrían ser consecuencia de la evolución individual de cada galaxia. Aun cuando no dijo explícitamente que su clasificación mostraba el camino evolutivo de "todas", parte de su trabajo proponía la hipótesis de que las galaxias giraban y podrían desarrollar brazos, partiendo de casi esféricas y terminando con brazos muy abiertos o casi irregulares. Hubble llamó a las galaxias casi esféricas "tempranas" y a las de grandes brazos e irregulares "tardías", pero surgió la idea incorrecta de que Hubble habría propuesto una secuencia evolutiva galáctica; cosa que él mismo cuido de no mencionar directa y explícitamente. La clasificación de Hubble junto con la hipótesis de las tempranas y tardías produjo una común, pero errónea creencia de que la secuencia de Hubble mostraba la evolución de todas las galaxias: de las elípticas a las irregulares.

Y en realidad esto no es así. Las observaciones con los grandes telescopios en tierra y los espaciales han mostrado que en el Universo las galaxias espirales e irregulares son muy abundantes, además que las interacciones entre ellas son de lo mas común. De hecho, la evidencia observacional y los modelos computacionales sugieren que las diversas formas de las galaxias son resultado de su interacción: las primeras galaxias en el Universo pudieron haber sido espirales e irregulares, posteriormente muchas de estas se fusionaron unas con otras de manera que formaron "bloques" más grandes y masivos. Estas interacciones crearon galaxias compactas pero enormes, sin brazos, lo que ahora conocemos como galaxias elípticas.

Este proceso de formación se observa por doquier en el Universo y los grupos de galaxias fusionándose sustentan la idea que explica los diversos tipos de galaxias. Los grupos o cúmulos de galaxias son objetos enormes, formados por decenas o cientos, en muchos de ellos ya se tiene una galaxia elíptica gigante en el centro del grupo y hacia ella se dirigen todas la vecinas, cuyo destino es ser tragadas por la enorme galaxia central.

Estos cúmulos galácticos son objetos muy interesantes, a distancias de miles de millones de años luz, con cientos de billones de veces la masa del Sol, luz equivalente al de billones de veces nuestra estrella y gas a millones de grados centígrados rodeandolos. Casi no se les observan estrellas jóvenes y al parecer dejaron de nacer nuevas hace muchísimo tiempo, son estructuras muy antiguas. Sin embargo, algunos de estos cúmulos ya no muestran fusiones, posiblemente la enorme galaxia elíptica terminó incorporando todo lo que estaba a su alcance y prácticamente todas las estrellas son parte de una sola galaxia gigantesca. Son lo que los astrónomos llaman grupos fósiles: objetos muy viejos, lejanos y enormes, posiblemente el último eslabón en la larga cadena evolutiva galáctica.

Es increíble pensar que toda la información que tenemos los astrónomos para estudiar el Universo nos llega de la luz de los objetos: del Sol, las estrellas, las nebulosas, de las galaxias, los quasares y en ultimísimo caso de lo que interpretamos como el Big Bang. Algunas veces, como en el caso del Sol, esta luz tarda solo 8 minutos en llegar a nosotros. Sin embargo, otras veces como en el caso de algunos grupos fósiles de galaxias, la luz que nos llega de ellos salió cuando el Sol apenas nacía, hace 4 mil 500 millones de años. Estamos contemplando verdaderas reliquias cósmicas.


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